Pioneras: Cuatro mujeres del este de Ucrania que están cambiando sus comunidades para mejor
Cuando el conflicto armado estalló en el este de Ucrania en 2014, fue el comienzo de una era tumultuosa e insegura. Muchos ucranianos huyeron de la zona, cerca de la frontera con Rusia, y lo dejaron todo atrás–sus medios de vida, sus hogares, sus comunidades y a veces incluso a sus familiares–en busca de seguridad. No sabían si volverían o cuándo lo harían.
Innumerables ucranianos afrontaron las dificultades y la incertidumbre con determinación. Conozca a cuatro mujeres pioneras cuyas historias–en sus propias palabras–demuestran que el coraje tiene muchas formas.
“Ahora estoy preparada para crear cambios positivos” — Olena Halkanova
Durante el periodo de combate activo, mi familia y yo nos vimos obligados a abandonar nuestra ciudad natal [Pervomaisk] y a buscar un nuevo lugar para vivir. Aunque nos trasladamos a un lugar más seguro, seguimos viviendo en la "zona gris" [entre las zonas controladas por el gobierno y las no controladas de Luhansk, la provincia más oriental de Ucrania]. Oír las armas de corto calibre, los vehículos de oruga y las explosiones al mismo tiempo que las risas de los niños y niñas en el exterior es duro.
El conflicto continúa, pero ahora estoy dispuesta a crear cambios positivos. Hace unos años, creé un grupo de voluntarios. Al principio, ayudábamos a la gente de nuestra ciudad a acceder a necesidades como el carbón y la leña, pero pronto comprendimos que debíamos cambiar la estrategia y permitirles ayudarse a sí mismos de forma más sostenible. Fue entonces cuando asistí a la formación sobre Movilización Comunitaria para el Empoderamiento [patrocinada por el Programa de Recuperación y Consolidación de la Paz de las Naciones Unidas (UN RPP, en inglés), ejecutado por ONU Mujeres, el PNUD, el UNFPA y la FAO].
Ahora tengo seis grupos de autoayuda con 35 participantes en total. El próximo proyecto que queremos desarrollar es la reconstrucción del jardín de la ciudad para crear al menos un grado de normalidad y mostrar a la gente cómo puede cambiar su situación por sí misma.
“Cuanto más visibles sean las mujeres romaníes, mayor será su impacto en el conjunto de la sociedad” – Christina Bilous
Las mujeres y niñas romaníes no suelen tener las mismas oportunidades de participar de forma significativa en la vida social, económica y pública de su comunidad. Los prejuicios y estereotipos negativos sobre la población romaníe están muy arraigados en la sociedad ucraniana. El principal objetivo de mi trabajo es desmantelar estos estereotipos y combatir la exclusión social, la discriminación y la violencia contra los romaníes. Como dice el viejo refrán “llama y la puerta se abrirá”.
Hace dos años, con el apoyo de ONU Mujeres, creé [un grupo de defensa de los romaníes llamado Sumnakuno Petalo]. Ya tenemos algunos resultados tangibles. El año pasado puse en marcha un programa de alfabetización. Más de treinta mujeres y hombres romaníes aprendieron el alfabeto ucraniano y aritmética básica en estas clases. Junto con otros miembros del Grupo de Autoayuda, también abogué por la adopción del programa Ciudades y Espacios Públicos Seguros para Mujeres y Niñas en Toretsk, [que es ahora] una de las cuatro ciudades de Ucrania que han adoptado este programa basado en la metodología de ONU Mujeres [y aplicado por UNRPP].
Estoy convencida de que para abordar los problemas de las mujeres y las niñas romaníes en nuestra comunidad es necesario incluir a más mujeres romaníes en los procesos locales de toma de decisiones.
“Soy una agente de cambio y no tengo miedo de dar la cara” — Nadia Tutarieva
En mi comunidad existen fuertes normas sociales que dictan que el hombre es el proveedor y la mujer es la ama de casa.
Tras la muerte de mi padre, cuando sólo tenía ocho años, me criaron mujeres que me enseñaron a enfrentarme a estos estereotipos.
Como comunidad, nos hemos visto afectados por el actual conflicto en nuestra región. He visto cómo las mujeres suelen ser las más afectadas psicológica y económicamente por el conflicto. Sin embargo, rara vez se nos pregunta por nuestras experiencias o por nuestra participación en los programas de consolidación de la paz.
En 2020, puse en marcha una organización de la sociedad civil con otras dos mujeres locales para promover la igualdad de género y aumentar el papel de las mujeres en la construcción de la paz y la vida civil. Actualmente trabajamos con unas 40 mujeres locales que dirigen grupos de autoayuda. También tratamos de lograr un cambio práctico. Por ejemplo, en los próximos cinco años pretendemos abrir una guardería en el pueblo para ayudar a las madres como yo a participar en trabajo remunerado.
Me frustra que, aunque las mujeres representen el 53% de la población de Ucrania, haya tan pocas mujeres que participen en la política o en la toma de decisiones. El cambio tiene que venir de abajo a arriba. Este año decidí presentarme como miembro del consejo del pueblo en las elecciones locales, pero las elecciones se cancelaron por motivos de seguridad. Estoy decidida a presentarme en la próxima ronda.
“Quiero que todo el mundo conozca la importancia de sus derechos humanos” — Olena Nebeska
Mi vida dio un giro dramático tras el inicio del conflicto. Por aquel entonces no me daba cuenta de que mi mudanza fuera de casa sería un viaje sin retorno. Cada día, después de huir de mi casa, esperaba el momento de volver a mi vida habitual, pero nada cambió.
Antes no pensaba mucho en los derechos humanos porque creía que los tenía. El conflicto me transformó.
Toda mi vida he trabajado para tener seguridad económica. Ahora [tras participar en las formaciones de Movilización Comunitaria para el Empoderamiento], trabajo en pro de las personas de la comunidad. Se han formado 24 grupos de autoayuda con mi apoyo. Las mujeres que se unieron a los grupos ya han creado tres organizaciones no gubernamentales en sus aldeas.
Recojo regularmente información de los miembros de la comunidad para llevar sus problemas a las audiencias públicas del ayuntamiento. Nuestra comunidad está en la zona gris, por lo que tenemos muchos problemas con la iluminación de las calles y las infraestructuras.
Desde el comienzo de la pandemia de la COVID-19, mi comunidad, así como los pueblos adyacentes, están totalmente aislados del mundo exterior. Todos los canales de transporte de entrada y salida están cerrados... Ahora estamos recopilando información sobre los retos y problemas de la COVID-19, incluidos los casos de violencia, para compartirla con las autoridades locales.
Este reportaje se basa en entrevistas publicadas anteriormente y en material de ONU Mujeres, Europa y Asia Central. Apoyo editorial de Michal Shmulovich, Oficina de Coordinación del Desarrollo. Para saber más sobre el trabajo que se realiza en Ucrania, visite Ukraine.UN.org. Para saber más sobre los resultados de nuestro trabajo en esta area y en otras, visite el informe de la presidenta del GNUDS sobre la Oficina de Coordinación del Desarrollo.
Los cursos de movilización comunitaria para el empoderamiento son organizados por ONU Mujeres como parte del Programa de Recuperación y Consolidación de la Paz de las Naciones Unidas. Esta iniciativa la llevan a cabo ONU Mujeres, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO).