Cholitas Escaladoras: hacia nuevas cimas de formalización y justicia social
  Celebramos a las mujeres que abren caminos hacia la igualdad de género, la protección de la Madre Tierra y el acceso a oportunidades de trabajo decente.
Los pueblos indígenas enfrentan profundas desigualdades en el mundo del trabajo: brechas de género, alta informalidad, migración y los efectos del cambio climático.
En este contexto, las mujeres indígenas cumplen un rol fundamental: son el motor de sus economías comunitarias. Sin embargo, según datos de la OIT, el salario de las mujeres indígenas con empleo remunerado es un 31 por ciento inferior al de trabajadoras y trabajadores no indígenas, la mayor brecha salarial de América Latina y el Caribe. La vulnerabilidad se refleja también en sus condiciones de empleo: más del 85 por ciento depende de la economía informal y cerca del 32 por ciento de las personas indígenas adultas que trabajan no cuentan con ningún tipo de estudios, frente al 13 por ciento de la población no indígena. A estas desigualdades se suman la violencia de género y una doble jornada que combina tareas de cuidados y trabajo productivo. Aun así, las mujeres indígenas de Bolivia están redefiniendo sus aspiraciones y alcanzando nuevas cimas cada día.
Ese es el caso de las Cholitas Escaladoras “Trekking Maya”, que comenzaron conquistando montañas para crear oportunidades de desarrollo para ellas y su comunidad, desafiaron estereotipos de género en el montañismo y el turismo rural comunitario, y hoy dan un nuevo paso hacia la formalización.
La ruta hacia la formalización
En las cumbres más desafiantes de América Latina, un grupo de mujeres indígenas aymaras de Bolivia están reescribiendo las reglas del montañismo y construyendo oportunidades de trabajo decente. Las Cholitas Escaladoras “Trekking Maya” —de la comunidad de Cañaviri (en La Paz)— han conquistado los 6 962 metros del pico más alto de la Cordillera de los Andes: el Aconcagua, vestidas con sus tradicionales polleras de colores.
Al desafiar esta montaña han logrado algo aún más grande: han derribado barreras estructurales de género, discriminación y desigualdad laboral. “Las montañas siempre han estado en mi vida y representa mi esencia: es mi familia, es mi abuelo y me permite en cualquier parte del mundo flamear mi pollera y representar a la mujer aymara”. confiesa Ana Lía “Lita” Gonzales Magueño, líder del grupo.
Desde 2015, este emprendimiento de turismo rural comunitario ha brindado empleo a 15 mujeres de la comunidad en labores de guías de turismo, cocineras de alta montaña y artesanas. El éxito de su modelo de negocio, su compromiso con la igualdad de género y la puesta en valor de sus tradiciones culturales y prácticas alimentarias las han llevado a recorrer el mundo representando a Bolivia y demostrando que las mujeres indígenas pueden ser las grandes protagonistas de un desarrollo sostenible e inclusivo.
ONU Mujeres ha gestionado el financiamiento de nuevos equipos para que ellas puedan realizar el ascenso a las montañas Huayna Potosí (6 088 m. s. n. m.) y Sajama (6 542 m. s. n. m.) en el marco de la campaña interagencial “ÚNETE” de Naciones Unidas para prevenir y eliminar la violencia contra las mujeres y niñas en todo el mundo.
Además, Lita y su madre Dora fueron nominadas durante el 2023 y 2024 para ser parte de la iniciativa #MujeresExtremas, que busca deconstruir los estereotipos de género a través de la evidencia y consolidar sociedad más justas e igualitarias. Asimismo, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha nombrado a las Cholitas Escaladoras “Trekking Maya” como Colaboradoras de Alto Nivel con el fin de apoyar la visibilidad, la vocería y el resguardo de los saberes ancestrales y sabores naturales de la cultura aymara. Ellas han destacado en intercambios de experiencias a nivel nacional e internacional, generando nexos interculturales con otras naciones y pueblos indígenas a través de la gastronomía y el diálogo orientado a promover la puesta en valor del patrimonio alimentario, las técnicas ancestrales y el uso de ingredientes locales.
Pese a estos logros, este grupo de mujeres emprendedoras todavía tiene una cima por conquistar.
“Después de recorrer el mundo, ya no se trata solo de ser las Cholitas Escaladoras; ahora se trata de ser las Cholitas Escaladoras que acceden y generan mejores oportunidades de empleo para todas.” expresó Ana Lía “Lita” Gonzales Magueño, líder del grupo.
Hasta ahora, la falta de formalización ha limitado sus posibilidades de crecer. Contar con una personería jurídica y un plan de negocios sólido les permitiría acceder a financiamiento, alcanzar mayor visibilidad en el mercado turístico local y global, establecer alianzas institucionales y mejorar sus condiciones laborales y de vida. “Formalizarnos nos va a abrir espacio a más trabajo, a tener un salario justo, que también nos permita a futuro cuidarnos a nosotras mismas.” dice Lita. Para acompañar este proceso, la OIT brinda asistencia técnica al grupo con el objetivo de fortalecer su estructura organizativa y su plan de negocios. Este acompañamiento también incluye el apoyo para que puedan constituirse legalmente y, de esta manera, acceder de forma efectiva a la protección social y a mejores condiciones de trabajo.
Dora Magueño, madre de Lita, cocinera de alta montaña y líder del grupo, también está entusiasmada con iniciar esta nueva ruta hacia la formalización: “Yo nunca pensé en tener papeles, pero mis hijas sí. Eso es lo que cambia todo”. En un país donde cerca del 80 por ciento de la población trabaja en la informalidad, la formalización de emprendimientos como el de las Cholitas Escaladoras abre la puerta a más y mejores empleos, fuentes estables de ingresos y acceso pleno a sus derechos. La formalización también las impulsa a asumir con mayor fuerza otras responsabilidades, como el cuidado del medioambiente, conscientes de que el cambio climático afecta directamente la sostenibilidad de su negocio.
“Una vez que ya hemos empezado este proceso de formalización, también estamos conscientes de que tenemos obligaciones. Tenemos muy presente que debemos ver los temas de cuidado de la montaña, porque nuestros glaciares se están deshielando.” reflexiona Lita.
La creación y fortalecimiento de empresas sostenibles resulta clave para ampliar las oportunidades de trabajo decente de hombres y mujeres indígenas, al tiempo que potencia su papel como agentes de cambio en sus comunidades. El Convenio núm. 169 de la OIT refuerza la necesidad de impulsar este tránsito a la formalización, invirtiendo en formación y desarrollo de competencias, con especial énfasis en las iniciativas de emprendimientos sostenibles liderados por mujeres y jóvenes indígenas. Al hacerlo, no solo consolidan sus propios proyectos, sino que también inspiran y lideran a más mujeres a dar ese salto hacia la formalización. “Ser Cholita Escaladora significa alcanzar las cimas. Pero ahora, ser Cholitas formalizadas significa abrir caminos para todas.” concluye Lita Gonzales.