Asia y el Pacífico es una región dinámica y próspera. ¿Cómo es posible que casi dos mil millones de personas experimenten tal inseguridad alimentaria? Esta cifra es solo una de las conclusiones del último informe anual sobre el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición.
COVID-19 amenaza la salud y la nutrición de casi dos mil millones de personas solo en Asia y el Pacífico. La pandemia es una situación devastadora que ya es frágil para miles de millones en todo el mundo. Los equipos de las Naciones Unidas en todo el mundo están ayudando a abordar algunos desafíos fundamentales para la seguridad, la salud y la seguridad alimentaria de las personas. Hoy, destacamos algunos de los esfuerzos coordinados.
Los equipos de las Naciones Unidas continúan trabajando con las autoridades nacionales y locales en todo el mundo para garantizar la seguridad y dignidad de los refugiados y migrantes, las comunidades indígenas y los niños. Sus esfuerzos apoyan el mejoramiento de las condiciones socioeconómicas y de salud de los países, incluidas mejores condiciones de vida para las personas en mayor riesgo, capacitación, suministros y equipo para salvar vidas, protección de los derechos humanos y ayuda para garantizar que ningún adulto o niño se quede atrás.
El conflicto creciente y el deterioro de la situación humanitaria en Cabo Delgado han dejado comunidades totalmente dependientes de la ayuda humanitaria. Según el Gobierno, los ataques de grupos armados han obligado a más de 565.000 personas a huir de sus hogares y pueblos, abandonando sus plantaciones y medios de vida.
Fueron abusados sexualmente cuando eran niños. Ahora, como adultos, estos dos han aprovechado su experiencia y están ayudando a asegurarse de que ningún niño de hoy sufra lo mismo. Para ello, cuentan con el apoyo de la ONU.
Cuando el implacable conflicto de Yemen llegó a la ciudad de Taizz, Ashwaq vio cómo su vecindario se desmoronaba. En medio de los bombardeos, su casa se incendió. Ella, su esposo y sus cuatro hijos—incluido un hijo que es paralítico—huyeron para salvar sus vidas.
El 6 de enero, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, designó a Sara Beysolow Nyanti de Liberia como Coordinadora Residente de las Naciones Unidas en Nepal, con la aprobación del Gobierno anfitrión.
El 11 de enero, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, designó a Elena Panova de Bulgaria como Coordinadora Residente de las Naciones Unidas en Egipto, con la aprobación del Gobierno anfitrión.
A finales de 2020, COVID-19 había acabado con la vida de casi 2 millones de personas y dejó a muchos millones más con lesiones duraderas. También condujo a mayores crisis a nivel de salud, empleo, educación, violencia doméstica, migración, y más. Son muchos fuegos que apagar. Pero las Naciones Unidas están diseñadas para hacer frente a muchos desafíos a la vez.
Pocos países del Caribe tienen la huella digital (presencia en Internet) que tiene Trinidad y Tobago. La ‘caballería virtual’ de este país se ha vuelto tan conocida que la misma ha sido apodada ‘Trini Twitter’.