La historia de una joven soñadora que huyó de su país para salvar su vida, y que ahora lucha en Costa Rica contra la violencia y la discriminación hacia niñas y jóvenes.
Junto con gobiernos y asociados, los equipos de las Naciones Unidas en los países en todo el mundo están trabajando para ayudar a proteger la seguridad de las comunidades, en particular de aquellas que enfrentancrisis humanitarias. Los equipos están intensificando sus esfuerzos para obtener más suministros esenciales —para salvar vidas— y refugio para las personas en mayor riesgo. Destacamos algunos de los esfuerzos coordinados.
Las entidades, fondos y programas de las Naciones Unidas en Argentina se desplegaron inmediatamente al inicio del COVID-19, ya que la ONU reconoció las implicaciones sanitarias, económicas y sociales que este virus tendría en el país.
Actualmente, la mitad de la población mundial no tiene acceso a saneamiento gestionado de forma segura. Esto tiene un profundo impacto negativo en la salud, la educación y los resultados económicos de los países y territorios, y las comunidades. El Fondo de Saneamiento e Higiene se estableció para recaudar US$ 2 mil millones durante los próximos cinco años para ayudar a los países a llevar el saneamiento, la higiene y la salud a todos y todas.
A veces, la crisis en África occidental y la región del Sahel es tan difícil y tan complicada que parece prácticamente irresoluble. Pero donde muchas personas ven solo una misión imposible, las Naciones Unidas ven una oportunidad.
El hambre global y el desplazamiento de la población, que ya estaban en niveles récord cuando golpeó el virus COVID-19, podrían "aumentar" a medida que los migrantes, y aquellos que dependen de un flujo menguante de remesas, buscan desesperadamente trabajo para mantener a sus familias, advirtió un nuevo informe de la ONU.
En una reunión virtual celebrada esta semana, el Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible (GNUDS) [UNSDG, en inglés] evaluó los resultados preliminares y los desafíos de la respuesta a la COVID-19 en todo el mundo, con un enfoque particular en la respuesta socioeconómica.
Se espera que la población mundial llegue a casi 10 mil millones de personas para 2050, lo que aumentará significativamente la demanda de alimentos. El aumento constante del hambre desde 2014, después de una década de progreso, indica que es necesario acelerar y ampliar las acciones para fortalecer la resiliencia y adaptabilidad de los sistemas alimentarios y los medios de vida.
COVID-19 es un virus amenazante que se ha extendido ferozmente por todo el mundo. Desafortunadamente, las comunidades que ya eran vulnerables corren un riesgo aún mayor durante la pandemia. Los equipos de las Naciones Unidas en los países y territorios de todo el mundo están intensificando sus esfuerzos para proporcionar un apoyo específico e innovador para llegar a los más vulnerables.