Desde que COVID-19 cambió nuestro mundo para siempre, las expresiones de alarma y miedo se han combinado con optimismo y esperanza. En todo nuestro planeta, nuestra comunidad global se ha adaptado a las nuevas normas sociales, ha sufrido pérdidas extremas y se prepara para los impactos a mediano y largo plazo de una drástica crisis económica.
Fueron abusados sexualmente cuando eran niños. Ahora, como adultos, estos dos han aprovechado su experiencia y están ayudando a asegurarse de que ningún niño de hoy sufra lo mismo. Para ello, cuentan con el apoyo de la ONU.
Cuando el implacable conflicto de Yemen llegó a la ciudad de Taizz, Ashwaq vio cómo su vecindario se desmoronaba. En medio de los bombardeos, su casa se incendió. Ella, su esposo y sus cuatro hijos—incluido un hijo que es paralítico—huyeron para salvar sus vidas.
COVID-19 es como una tormenta, una tormenta atronadora y poderosa a lo largo de todo el mundo. Si no lo sabíamos antes, ciertamente ahora sabemos dónde están los agujeros en nuestros techos o dónde no hay techos. Vemos cada vez más claramente quién se empapa, quién se muere y quién permanece seco.
A finales de 2020, COVID-19 había acabado con la vida de casi 2 millones de personas y dejó a muchos millones más con lesiones duraderas. También condujo a mayores crisis a nivel de salud, empleo, educación, violencia doméstica, migración, y más. Son muchos fuegos que apagar. Pero las Naciones Unidas están diseñadas para hacer frente a muchos desafíos a la vez.
En su primer gran discurso del año, el Secretario General de la ONU subrayó la necesidad de cooperación mundial para abordar los desafíos actuales, como la pandemia de COVID-19 y el cambio climático.
Cuando el desastre golpeó el corazón de Beirut, el Líbano ya se estaba recuperando de los disturbios civiles, las dificultades económicas y financieras, el aumento de la pobreza y el desempleo agravados por las tensiones políticas y un número vertiginoso de casos de COVID-19. Esto se ha visto agravado aún más por la pesada responsabilidad derivada de refugiados sirios y palestinos.
Las mujeres transgénero en Viet Nam enfrentan discriminación y violencia en el hogar, el trabajo y en la calle. Pero con apoyo mutuo — y de las Naciones Unidas (ONU)— , ellas están creando nuevas comunidades y luchando por sus derechos. A continuación se muestran las historias de estas mujeres.
Quedan 10 años para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, también conocidos como ODS. Los mismos constituyen la ambiciosa lista de tareas pendientes para la prosperidad y la paz que los países y territorios del mundo acordaron en las Naciones Unidas en 2015.