A veces, la crisis en África occidental y la región del Sahel es tan difícil y tan complicada que parece prácticamente irresoluble. Pero donde muchas personas ven solo una misión imposible, las Naciones Unidas ven una oportunidad.
En la subregión, la Oficina de las Naciones Unidas para África Occidental y el Sahel (CEDEAO, UNOWAS en inglés) sigue movilizada para apoyar la implementación efectiva de la Resolución 1325 (2000) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre mujeres, paz y seguridad.
En una reunión virtual celebrada esta semana, el Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible (GNUDS) [UNSDG, en inglés] evaluó los resultados preliminares y los desafíos de la respuesta a la COVID-19 en todo el mundo, con un enfoque particular en la respuesta socioeconómica.
Se espera que la población mundial llegue a casi 10 mil millones de personas para 2050, lo que aumentará significativamente la demanda de alimentos. El aumento constante del hambre desde 2014, después de una década de progreso, indica que es necesario acelerar y ampliar las acciones para fortalecer la resiliencia y adaptabilidad de los sistemas alimentarios y los medios de vida.
COVID-19 es un virus amenazante que se ha extendido ferozmente por todo el mundo. Desafortunadamente, las comunidades que ya eran vulnerables corren un riesgo aún mayor durante la pandemia. Los equipos de las Naciones Unidas en los países y territorios de todo el mundo están intensificando sus esfuerzos para proporcionar un apoyo específico e innovador para llegar a los más vulnerables.
En el 75 aniversario de las Naciones Unidas, el Secretario General António Guterres reforzó su llamado a la solidaridad mundial. Instó a los combatientes a que depongan las armas y se unan a un alto el fuego global. En todo el mundo, los equipos de país de la ONU que cubren 162 países y territorios están uniendo sus esfuerzos, junto con gobiernos y asociados, para combatir la COVID-19.
La semana pasada, el mundo celebró el Día Internacional de la Niña. El progreso de las adolescentes no ha ido a la par con las realidades a las que se enfrentan hoy en día, y la COVID-19 ha empeorado aún más muchas de estas brechas.
Se necesita ahora más que nunca una colaboración a través del nexo entre el desarrollo-humanitario y la paz en el Sahel Central para recuperarse mejor de la pandemia de COVID-19.
En algún lugar de Kenya, temprano en la mañana de julio, una mujer organiza una "ceremonia" única en la vida para su sobrina de 11 años: los genitales de la niña serán cortados como parte de su transición cultural a la edad adulta. Unas horas después, suena un teléfono en una oficina de Nairobi. El teléfono está conectado al número 1195, la línea de ayuda nacional para la violencia de género. Uno de los familiares de la niña ha llamado para denunciar el incidente de forma anónima.