Han pasado seis meses desde el golpe militar en Myanmar, donde hay una gran preocupación por el creciente impacto de la crisis que se está profundizando a nivel político, humanitario y de derechos humanos, afectando así a la población del país.
La trata de personas es un delito que despoja a las personas de sus derechos, arruina sus sueños y les roba su dignidad. Los equipos de las Naciones Unidas en el país se unen a la campaña del "Corazón Azul". Una iniciativa que anima a todo el mundo a implicarse: concienciar e inspirar la acción para ayudar a detener la trata de personas y luchar contra su impacto en la sociedad.
Roya coloca la tela blanca bajo la aguja y pisa el pedal de su máquina de coser, dando los últimos toques a la máscara que está fabricando. A su alrededor, numerosas filas de otros refugiados también están fabricando máscaras–una protección muy solicitada y necesaria debido a la implacable pandemia de la COVID-19.
Boniface (nombre ficticio), padre de seis hijos y auxiliar de enfermería en el hospital Saint Jean de Dieu de Tanguiéta, en el noroeste de Benin, a unos 600 km de Cotonú, tuvo una dolorosa experiencia con la hepatitis viral, una inflamación del hígado causada por un virus, que puede ser mortal.
“A pesar de los notables avances de Georgia en los últimos años, las personas con discapacidad siguen siendo uno de los grupos más excluidos y marginados de la sociedad”, afirma Anna Chernyshova, jefa en funciones del PNUD en Georgia.
En marzo de 2020, el Gobierno de Panamá anunció restricciones de movimiento para contener la propagación de la COVID-19. Las primeras semanas de bloqueo fueron de incertidumbre, afirma Venus Tejada, presidenta de la Asociación Panameña de Personas Trans.
Los equipos de las Naciones Unidas en el país siguen esforzándose por proporcionar a las autoridades locales y nacionales de todo el mundo apoyo en la lucha contra la COVID-19. Hoy destacamos algunos de esos esfuerzos.
Lerato — no es su nombre real — es una estudiante de 20 años de primer año en la universidad local. Se acomoda en su silla a unos metros de donde estoy sentada con la cabeza fija en el suelo. Parece triste, cansada y abatida, y evita cualquier contacto visual, como si se avergonzara de lo que vamos a hablar.
La comunicación es clave en nuestra línea de trabajo en el Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible (GNUDS). Además de unir a 34 organismos, fondos y programas que desempeñan un papel en el ámbito del desarrollo, el GNUDS también apoya a 132 equipos de las Naciones Unidas en los países que prestan servicio en 162 países y territorios para que trabajen juntos con el fin de mejorar el impacto del sistema de las Naciones Unidas, reuniendo diversas perspectivas y capacidades de todo el mundo, a la vez que nos comunicamos unidos con una sola voz.
En este año de incertidumbre, una cosa nos ha mantenido a todos conectados: las palabras. Escuchar las voces de seres queridos que se encuentran lejos, compartir información que salva vidas e historias de afirmación de la vida, las palabras han ayudado a las comunidades a mantenerse unidas, a los niños y niñas a educarse, a los colegas a mantenerse comprometidos unos con los otros y a las personas a estar a salvo. Estamos orgullosos de que nuestras palabras ayuden a mantener a las personas conectadas.