Es un día soleado en la meseta de Nakai, en el centro de la República Democrática Popular Lao. Noi acaba de volver del mercado, donde ha comprado una camisa nueva para su hijo de 3 años, Seng. Seng ha crecido mucho en los dos años transcurridos desde que Noi se fue a Tailandia en busca de mejores salarios.
Los equipos de las Naciones Unidas en el país siguen prestando apoyo médico, logístico y socioeconómico a las autoridades locales, coordinando los recursos para responder a la crisis de la COVID-19. Gracias a una mayor coordinación, estos equipos están movilizando a los asociados locales, regionales y mundiales para proporcionar suministros médicos que salvan vidas a las comunidades vulnerables, combatir la desinformación sobre la eficacia de las vacunas y garantizar una distribución equitativa de las mismas a través del mecanismo COVAX.
Estamos viviendo en una época sin precedentes. La COVID-19 continúa devastando los sistemas de salud, paralizando las economías y exacerbando las desigualdades en todo el mundo. Mientras escribo estas palabras, la región del Caribe sigue siendo un epicentro de la enfermedad, lo que pone de relieve una realidad simple: las crisis globales requieren soluciones globales. Esta pandemia es nuestra oportunidad de fortalecer la colaboración regional y la solidaridad global para abordar nuestros desafíos compartidos y avanzar. Esto solo puede suceder si somos lo suficientemente valientes y dedicados para aprovechar las oportunidades que se nos presentan.
Agenda 2030 y los ODS
Igualdad de género y empoderamiento de las mujeres
La participación efectiva de las mujeres y la igualdad de oportunidades de liderazgo se reconocen a nivel mundial como impulsores clave para lograr el desarrollo sostenible. Aunque se ha avanzado mucho para aumentar la representación de la mujer en todos los ámbitos de la vida pública desde la aprobación de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing (1995), el cambio ha sido gradual y lento. La igualdad de género y la participación plena e igualitaria de las mujeres en todas las áreas de la vida, especialmente en la toma de decisiones, son parte integral de la Década de Acción y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030.
Los yemeníes están viviendo actualmente la mayor crisis humanitaria del mundo, un desastre agravado por el impacto de la pandemia de COVID-19 y por la grave crisis económica. Dos tercios de los yemeníes necesitan ayuda humanitaria para sobrevivir. Más de 16 millones de personas pasarán hambre este año.
Un resurgimiento de la violencia en la República Centroafricana en diciembre de 2020 hizo que 5.000 centroafricanos buscaran refugio al otro lado de la frontera en Camerún. A 30 minutos en coche de la frontera, el asentamiento de refugiados de Gado ya alberga a más de 26.000 refugiados centroafricanos que habían huido de la violencia en 2014. Equipos de carpinteros ya están trabajando para construir refugios.
Desde que COVID-19 cambió nuestro mundo para siempre, las expresiones de alarma y miedo se han combinado con optimismo y esperanza. En todo nuestro planeta, nuestra comunidad global se ha adaptado a las nuevas normas sociales, ha sufrido pérdidas extremas y se prepara para los impactos a mediano y largo plazo de una drástica crisis económica.
Cuando el implacable conflicto de Yemen llegó a la ciudad de Taizz, Ashwaq vio cómo su vecindario se desmoronaba. En medio de los bombardeos, su casa se incendió. Ella, su esposo y sus cuatro hijos—incluido un hijo que es paralítico—huyeron para salvar sus vidas.